La capital provincial dista nuevamente de ser la ciudad más importante de la provincia, y esto es debido a la falta de inversión municipal de los últimos años, lo que consecuentemente ha imposibilitado que se planifique a futuro; y nos obligue hoy, a ubicar los restos de nuestros vecinos, de un modo dolorosamente improvisado.
Un cementerio colapsado. Así es, y es que la construcción de 800 nichos que fueron terminados en enero de 2016 en la gestión de la ex intendente Rossana Artero, alcanzaron poco a remediar la demanda de la población local, que finalizando el 2020 y con una pandemia mundial de por medio, ha sepultado a 13 personas en los últimos 35 días, sin contar aquellos que fallecieron por otras causas.
Sobre esto, y como responsable del servicio Sanitario, José Luís Avendaño remarcó que la falta de proyección política que se vislumbra hoy es preocupante, porque «esto es una parte social y sentimental que le toca a la gente» expresó, explicando que no es para nada agradable que los familiares además de estar mal y tristes, deban ingresar al cementerio y encontrarse con otro problema que es la falta de lugar y el colapsado»
«Queremos que se trate el tema porque no hay una ordenanza. Hace 10 años que no hay tierra. No podes ir a llevar un familiar para enterrar en tierra, porque no hay una resolución que permita retirar cuerpos de personas que no tienen más a nadie. Hay entre 700 y mil 1000 fosas», señaló en referencia a personas fallecidas que llevan muchísimas décadas y no tienen más familiares. «A razón del COVID están haciendo fosas, no son fosas comunes, sino individuales». No obstante como responsable del área solicitó que el tema se incluya en la agenda política de hoy, con una planificación seria, porque «actualmente no hay ningún proyecto», concluyó.