Toda persona que trabaja, probablemente imagine que luego de tantos años de sacrificio, será recompensada regalándose momentos y placeres que seguramente debió postergar por las tareas cotidianas, el cuidado de los hijos, la falta de tiempo y demás. «CUANDO ME JUBILE…»se suele escuchar mucho, como si fuera la gloria, como la culminación perfecta de una carrera, la llegada del descanso, los placeres, la etapa de vivir con un reloj más permisivo. Y si! es que ASÍ DEBERÍA SER , pero no… hay excepciones, y en nuestra provincia; muchas.
Una de estas historias es la de Gabriel Medina, un ex docente de #Rawson que asfixiado por la situación financiera, necesitó buscar alternativas que le permitiesen solventar los gastos diarios, poder comer, basicamente.
Gabriel era docente y por cuestiones de salud debió jubilarse hace unos 10 años. Sin embargo hoy, como otros miles de jubilados y empleados públicos, se encuentra a la deriva, sin poder cobrar su sueldo, con deudas atrasadas, sumada la incertidumbre de no saber cuando percibirán los haberes de agosto, septiembre, octubre y medio aguinaldo de julio.
Para «Juntar unos mangos», como dijo el, Gabriel eligió una esquina céntrica de la ciudad y ofreció limpiar los vidrios de los autos por necesidad y a modo de visibilizar el problema. «Estoy sin cobrar. Junté unos pesos porque la verdad es que no tengo para nada, incluso para comer», nos dijo, comentando además que ésta es una época muy dura a nivel provincial, porque incluso «estamos peor de lo que fue el chubutazo. Económicamente estamos peor que aquel momento. Estoy desesperanzado, porque no solo no tenemos perspectiva de cobro, sino que hemos perdido la esperanza de que esto va a mejorar», expresó a #FMTROPICAL.
La historia de Gabriel se hizo viral. No por limpiar vidrios en un semáforo, claramente no; sino porque visibiliza la falta de empatía que tanto se le cuestiona al gobierno provincial. Por el pasivo rol hacia el jubilado que no logra ver recompensado el esfuerzo de toda una vida , por el discurso errático, el sentimiento de abandono y de desamparo laboral, que hoy vivencian y expresan los trabajadores de la administración pública provincial.