Así se lo expresó un trabajador del Concejo Deliberante al presidente del cuerpo, Daniel Boillos, luego de enterarse que durante la jornada del viernes los ediles decidieron pagarse el sueldo junto al de los secretarios de bloque y los contratados y dejar afuera al personal de planta.
El plan para suspender a la intendente de Rawson, Rossana Artero, parecía un secreto a voces en el Concejo Deliberante que sostenían los ediles, organizadores de la movida, y los trabajadores, participes voluntarios y necesarios. Sin embargo, el pacto terminó volando por los cielos 3 días después de consumado el hecho cuando el presidente de la casa, Daniel Boillos, decidió pagar los sueldos de la planta política (concejales, secretarios de bloque y contratos) y dejar afuera a los empleados de planta.
“Nosotros nos prestamos al circo que armaron para sacar a Artero, todos sabíamos que estaba todo armado. Era una obviedad, todo el mundo sabe que está todo el armado”, recriminó Maximiliano Roselli a Boillos durante una reunión mantenida el viernes pasado.
La confesión de Roselli, contundente y necesaria para desnudar la repudiable maniobra llevada adelanta por los concejales para voltear a Artero, puede verse en el video que se publicó en redes sociales el viernes pasado.
“A confesión de parte, relevo de pruebas” reza el axioma jurídico. ¿Se animarán los ediles a continuar con el juicio político a la intendente Artero? ¿Tendrán el descaro de volver al Concejo después de haberse pagado sus haberes y dejado esperando al personal de planta?
“Ustedes hacen política y se cagan en la gente. Ustedes acá (en el recinto) se pelean, después son todos amigos, después se vuelven a pelear y nosotros nunca nos metimos. Hacen un circo para quedar bien parados. Pero rompiste la palabra, te cagaste en lo que nos dijiste ayer”, reprochó Roselli.
Durante casi dos meses Artero pidió de todas las formas posibles que le aprueben algunas de las medidas financieras que envió al Concejo Deliberante para superar la crisis que atraviesa el Municipio. La respuesta de los ediles siempre fue negativa con diversas excusas: que no habían tenido tiempo de estudiar los proyectos o que habían cosas raras por detrás.
Sin embargo un día después de que asumiera Araceli Di Filippo de manera interina en el Municipio, los concejales aprobaron varios proyectos, entre ellos la venta de tierras que permiten cierta oxigenación a las golpeadas cuentas municipales.
“Te armamos la sesión especial y saliste corriendo para llevarles los proyectos aprobados a la ‘bicha’ para quedar bien”, le echó en cara Roselli a Boilos, a lo que el concejal respondió: “A todos los urge tener la plata de la venta de tierras para poder pagar los sueldos”.
“A Artero también le urgía y no movieron el culo. Acá se hizo lo que quería la gente del acampe, ellos vinieron un día, les gritaron que laburen y se pusieron a sesionar. Vinieron al otro día y les dijeron que no querían que estén los secretarios y suspendieron a los secretarios. Vinieron los coleros y al otro día les pagaron las horas extras y nosotros te chupamos un huevo porque eso lo vimos todos”, remató contundente el trabajador.
“Antonia Gómez no vio un solo expediente porque recién asumió y levantó la mano para la venta de las tierras. Aprobado. Son una mentira. Que el pueblo no se entere, es otra cosa pero nosotros acá adentro lo vemos, nos consta, no nos mientan más”, agregó ofendida otra trabajadora.
“Son vagos”
El enojo de Roselli y sus compañeros fue incrementándose a medida que se quejaban con el presidente del cuerpo y las respuestas no aparecían. Con su mejor cara de “yo no fui”, Boillos los escuchaba, encogía los hombros, acomodaba con el dedo índice los anteojos y cada tanto soltaba algún intento de justificación de lo inexplicable.
“El concejo está parado hace 4 meses y se enojan cuando les decís que nunca leyeron un puto expediente. Ningún concejal puede decir acá que leyó algún expediente completo, nadie. Los proyectos salen con horrores, se los corregimos nosotros, ustedes lo único que hacen es levantar la mano y encima se ofenden cuando les dice la verdad: son vagos. No leen un solo expediente”, soltó con bronca Roselli.
Y continuó: “Los pliegos que supuestamente trabajamos con la bicha (Araceli Di Filippo) los terminé corrigiendo yo con Georgina y me di cuenta que no los leyeron porque estaban llenos de errores y era una copia de un pliego de 2014. Está claro que no trabajan, entonces no se enojen cuando les dicen la verdad, no se rasguen las vestiduras”.