Al menos una docena de personas han muerto desde la noche del sábado. Las elecciones abocan al país a una fractura insalvable de la sociedad y las instituciones
Las votaciones de la Asamblea Nacional Constituyente impulsada por Nicolás Maduro sumieron este domingo a Venezuela en una espiral de violencia sin precedentes durante un proceso electoral, con al menos una docena de muertos desde la noche del sábado, y abocan al país a una fractura insalvable de la sociedad y las instituciones. El Gobierno siguió adelante con su plan de escribir una nueva Constitución y celebró unos comicios rechazados en bloque por la oposición, que no presentó candidatos y promete ahora redoblar su pulso al régimen, y buena parte de la comunidad internacional.
El primer efecto de la decisión de Maduro de seguir adelante con su proyecto es que Venezuela tendrá a partir del lunes un Parlamento exclusivamente oficialista ignorado por todos los partidos de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) y sectores críticos del chavismo.
El Gobierno intentó transmitir que la votación transcurrió en paz, pero el saldo de muertes lo desmiente. Nunca en la víspera o el desarrollo de un proceso electoral habían ocurrido tantos fallecimientos. Caracas no fue el único escenario de los violentos enfrentamientos entre los manifestantes, las fuerzas de seguridad y los colectivos armados afines al chavismo. Hubo cinco muertos en la provincia andina de Mérida, uno en el Estado de Lara (centro-occidente del país) y otro en Sucre, en la costa nororiental de Venezuela.
Nueva etapa
Hoy Venezuela comienza una nueva etapa. La oposición llamó a la unidad contra el régimen, mientras el Gobierno continuará una huida hacia adelante llena de incógnitas. La nueva Asamblea Nacional Constituyente desmantela la Cámara elegida en 2015, compuesta por una mayoría de representantes críticos con el chavismo, e incluso, según los defensores del legado del expresidente Hugo Chávez, supone una traición y una ruptura sin vuelta atrás con los últimos 18 años.
Lo que dejó claro la elección, en cualquier caso, es que Venezuela es desde este domingo un país más dividido. En el este y el sureste de Caracas los comicios prácticamente no se celebraron. La huelga general de 48 horas convocada la semana pasada por la MUD, , materializada en cortes de vías, que se vivió desde el miércoles, impidió que en esos sectores de la capital venezolana, donde se concentra la mayoría de la oposición al régimen de Nicolás Maduro, el Consejo Nacional Electoral abriera los centros de votación. El diputado Juan Andrés Mejías, del partido Voluntad Popular, informó de que abrió menos del 10% de los centros en los municipios opositores de Baruta, Chacao y El Hatillo.
Fuente: El País